Traducido por Alberto Blanco. 20/10/2019

Megan Devine es una autora y psicoterapeuta experta en trauma. Ella trabaja con el difícil tema del trauma, y lo hace accesible a los demás. Su meta es ayudar a las personas a ser mejores aliadas y amigas.

“¿Qué hacemos con todo el dolor que vemos en el mundo? ¿Con todo el dolor que sentimos en nuestras vidas? ¿Y por qué parece que todos nuestros esfuerzos para ayudar a alguien a que se sienta mejor siempre fracasan?

He estado estudiando intensamente el trauma y la pérdida. La muerte de bebés, crímenes violentos, accidentes, suicidios y desastres naturales, y he aprendido algo realmente interesante. Animar a las personas, decirles cómo ser fuertes y perseverar, ayudarles a salir adelante, realmente no funciona. Es como una especie de enigma. Parece un contrasentido, pero la manera para ayudar a alguien a sentirse mejor es dejarles estar en su dolor. Esto es cierto para las grandes pérdidas y para las ordinarias de cada día.

El educador Parker Palmer escribe: “el alma humana no quiere ser aconsejada, arreglada ni salvada. Lo único que quiere es ser es presenciada, exactamente como ella es”. Está hablando del reconocimiento. El reconocimiento es realmente una increíble y múltiple herramienta. Mejora las cosas incluso cuando no pueden ser arregladas. Por ejemplo: Alguien está sufriendo. Su bebé murió, o ha habido algún accidente, o su madre enfermó y están tristes. Es de mucha más ayuda unirse a ellos en su dolor que intentar animarlos, pero aquí está lo que intentamos hacer en lugar de eso: “Tienes dos hijos más, necesitas encontrar la alegría en ellos”, o “¿Sabes lo que necesitas? Tú lo que necesitas es salir a bailar y quitártelo de encima”, o “yo me sentí así una vez, ¿has probado la acupuntura?” No sabemos muy bien qué hacer con el dolor de alguien, así que hacemos lo que nos han enseñado, miramos el lado bueno, intentamos hacer que las personas se sientan mejor, les damos un consejo. No es que esto sea nefasto, quiero decir, intentamos animar a la gente porque pensamos que es lo que tenemos que hacer. Suponemos que no debemos dejar a la gente estar triste.

El problema es que tú no puedes sanar el dolor de alguien intentando sacarle de él. Ahora, el reconocimiento hace algo distinto. Cuando se abre un agujero gigante en la vida de alguien, es de mucho más apoyo el reconocer el agujero y dejar que el dolor exista. Realmente es un acto radical dejar a las cosas doler, porque va en contra de lo que nos han enseñado. Para apoyarte realmente, tengo que reconocer que estas cosas son tan malas como se sienten para ti. Si trato de animarte, terminarás defendiéndote a ti mismo y a tus sentimientos. Si te doy un consejo, te sentirás incomprendido en lugar de apoyado, y yo tampoco obtengo lo que quiero porque yo quería que tú te sintieses mejor.

En realidad es bastante raro que puedas disuadir a alguien de su dolor. Raramente la recomendación de ver el lado positivo realmente soluciona las cosas para alguien, solo hace que dejen de hablarte sobre su dolor. Es muy tentador tratar de mejorar las cosas. Cuando alguien comparte algo doloroso, es de mucha más ayuda decir: “Siento que esté ocurriendo esto, ¿quieres hablarme sobre ello?”. Ser capaz de decir “esto duele”, sin ser censurado por ello, eso es lo que ayuda.

Ser escuchado ayuda. Parece demasiado simple como para ser útil, pero el reconocimiento puede ser la mejor medicina que tenemos. Mejora las cosas, incluso cuando no pueden ser arregladas”

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