CÓMO LLEGUÉ A LA BIODINÁMICA CRANEOSACRAL
Por Alberto Blanco. 15/10/2019
La terapia biodinámica craneosacral es una terapia muy poco conocida por la mayoría, no mucha gente ha oído hablar sobre ella, y menos aún saben realmente qué es. En este y en un próximo post, quiero hablaros de mi historia personal sobre cómo la fui descubriendo y qué es para mí, puesto que hay tantas terapias craneosacrales como terapeutas, ya que cada uno le da el enfoque en función de la escuela en la que se haya formado o por cómo cada uno la integra y la practica en función de su propia experiencia.
El concepto de terapia craneosacral me fue llegando de una forma muy paulatina pero insistente. Recuerdo que en la carrera de fisioterapia, hace unos 15 ó 16 años, nos hablaron muy fugazmente del movimiento de los huesos del cráneo, e hicimos una sola práctica para poder sentirlos. Yo sentí lo mismo que si me hubiesen puesto unos guantes de boxeo y estuviese tocando un balón de fútbol. No me creí nada.
Unos años después, durante los estudios de osteopatía e inducción miofascial, se nos introdujo mucho más en la idea de la osteopatía craneal, y muy ligeramente, de la terapia craneosacral. Aprendí que los huesos del cráneo se mueven, cómo se mueven, y qué pasa si no se mueven, y también que esta terapia va mucho más allá del cráneo y el sacro. Descubrí que es una forma de trabajar todas las estructuras y sistemas del cuerpo (huesos, músculos, vísceras, membranas… ), y a todos los niveles (estructural, energético, emocional… ). La teoría me encantaba y me parecía algo muy lógico. Ya me lo creía, pero seguía sin sentir nada. Quizá eso solo estaba destinado a unos pocos genios sensitivos, había que tener un don que desde luego, yo no tenía.
Por esos años pasé por una mala época. Nunca nadie me diagnosticó (afortunadamente), pero era algo muy parecido a una depresión, si es que no lo era. Pedí ayuda, y así llegué a conocer a la persona gracias a la cual descubrí este camino, mi primer referente, y con quien me siento muy afortunado de poder seguir compartiéndolo. Me recomendaron que me tratase con algo llamado “somato-emocional”: liberar las emociones a través del trabajo exclusivamente con el cuerpo. Tuve una sesión, fue muy reveladora y liberadora. Me di cuenta de por qué había sufrido esa depresión, y de cómo podía gestionarme a mí mismo para no tener que volver a pasar por eso. No entendía como podían haber salido tantas cosas de mi consciente y mi subconsciente sólo porque alguien me pusiese las manos encima, sin hacer nada más. Pero lo había sentido en mis propias carnes, fue real. Tenía que descubrirlo.
Por eso fue por lo que decidí formarme en una de las escuelas más importantes y especializadas que había por el momento sobre la materia durante un año y medio y a la vez, de casualidad, conocí a Mike Boxhall, mi segundo gran maestro. Durante los últimos cinco años asistí de forma continua a sus retiros, y ni siquiera ahora puedo dejarlo, ya que continúo integrando su enseñanza con Kiril Yurievich.
Poco después de escribir este post, empezaré un nuevo camino también como profesor en una nueva formación profesional en biodinámica craneosacral, para seguir descubriendo y sobre todo, experienciando.
Todo esto ha hecho que mi experiencia con la biodinámica craneosacral haya ido evolucionando con el tiempo, a medida que me la iban transmitiendo distintas personas y yo podía experimentarla e integrarla, con mis compañeros, con mis pacientes y lo más importante, en mí mismo.
En próximos post, os hablaré sobre qué significa para mí esta terapia, cómo yo la siento, y os hablaré sobre distintos puntos de vista y sobre los principios con los que se trabaja en ella, como el mecanismo respiratorio primario, el aliento de vida, las mareas, etc.
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Magnífico Alberto
Seguramente una gran ventaja para la práctica terapéutica es haber sido antes paciente. Eso te da la perspectiva de ambos lados «del trabajo»
Pero es verdad que la mayoría de las veces la aproximación a este to de terapias comienza como consecuencia de un periodo de sufrimiento personal. Bueno, eso forma parte del camino
Espero que continúes compartiendo tus experiencias y sigas ayudándonos
Un saludo
PEDRO